Una verdad incomodísima

26.12.2009 13:52

Ya es casi una coincidencia que la fracasa cumbre del cambio climático, celebrada en Copenhague, España, Europa en general y EE.UU. estén viviendo días de intensos fríos, con temperaturas de hasta 20º bajo cero y copiosas nevadas. Es como si el tiempo meteorológico se hubiera empeñado en burlarse de las teorías alarmistas de los apóstoles del cambio climático, que como el cuestionado Al Gore, vienen pronosticando inviernos extremadamente calurosos y vienen preconizando que los inviernos van a ser más calurosos y los otoños más secos. Sin embargo Europa tirita de frío, EE.UU., Canadá –en ésta no es noticia-, con lluvias y nieves intensas. Pero es que en New York no recordaban una nevada igual, como la del día 19 de Diciembre, desde los años 30, 60 centímetro de nieve en las calles de New York.

Pero el caso es que de apóstoles estos personajes no tienen nada. Por el simple hecho de que los apóstoles, que se sepa, no cobraban. Y el apóstol Al Gore por menos de 200.000 dólares no dice ni ole ni siquiera da los buenos días.

El origen de todo el tema este del cambio climático procede de cuando Al Gore en el Senado se dirige a una comisión, a la asistiendo también a ella el científico de la NASA James Hansen, en el cual expone que hay un calentamiento global catastrófico en el que decía que iba a subir la temperatura del planeta en la infame barbaridad de 6ºC en una década y que tenía un modelo que lo demostraba. El mesías era James Hansen y Al Gore es la plataforma que se lo facilitó. A partir de aquí se empieza a informar a la opinión pública, se forma el IPCC, empiezan a haber estudios sobre el calentamiento, se empieza a dar dinero público a mansalva para este tipo de investigaciones y comienza a entrar gente en ella que en realidad la única razón por la que está en esto es por el calentamiento global, empiezan a haber intereses creados. En lo primero que se fijaron fue en la capa de ozono y luego en el calentamiento global.

El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) dio por sentado que el cambio climático era antropogénico y en 2007, en su cuarto informe, en una letra muy pequeña a pie de página pone cambio natural o antropo-inducido, con lo cual, en ese momento ya no sólo es antropo-inducido, sino que puede ser también natural.

La imagen que se transmite del IPCC no es todo lo correcta como debería ser. Los informes del IPCC son muy ricos en datos, en matices y discusiones. Según los expertos, mediante una lectura sosegada de esos informes se demuestra que hay probabilidades mayores o menores de que ocurran los acontecimientos, en ningún caso los aumentos de temperatura se dan por supuestos, sino que hay probabilidades de que cada uno de los rangos de temperaturas se pueda dar o no. Por lo tanto, hay discusiones pero no afirma nada en concreto. Lo que ocurre es que los medios de comunicación recogen los resúmenes del IPCC, que además tienen un nombre pernicioso “resúmenes para políticos”, que de hecho los redactan políticos. Y es entonces donde desaparecen los matices, desaparece la duda de la discusión y todo parece maximalismos oficiales que demuestran que el IPCC, esa comunidad científica de 3000 y pico expertos, ha reconocido que el cambio climático existe y no es así. De hecho el informe total del IPCC no está terminado cuando sale el informe de políticos. Es un avance de políticos enviados desde los distintos ministerios de medio ambiente de sus respectivos países que lo consensúan entre ellos y de estos sale ese resumen. De hecho, la forma de trabajo del IPCC es muy curiosa, cuando no hay unanimidad en un determinado asunto desalojan la sala, los científicos discuten hasta que alcanzan esa unanimidad, ajustan sus datos y ofrecen a la asamblea su informe unánime. Mezclan ciencia con democratizar cualquier cuestión científica, pero la ciencia no es nada democrática. Imaginemos si tenemos que decidir si la tierra es redonda o cuadra, unos dicen una cosa y otros otra, ¿Cómo quedaría al final la forma de tierra? pues seguramente que triangular. Pero la tierra es redonda porque lo dicen los datos y así es como hay que trabajar con los datos del IPCC y no mediante consensos, ajustes y discusiones políticas, porque al final los datos seleccionados no dirán la verdad sobre lo que está ocurriendo. De hecho, entre el segundo y tercer informa ha habido gente del IPCC que ha dimitido porque estaban asqueados del uso político que se le estaba dando a los informes.

Todos los informes del IPCC dicen que ni los huracanes ni los sunamis son producidos por el supuesto cambio climático, es una de las pocas unanimidades que hay. Cosa que existen campañas ecologistas irresponsables sobre el cambio climático que utilizan en sus anuncios imágenes de estos fenómenos a sabiendas de que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Pero claro, como sólo nos pueden poner nada más que cuando se cae un trozo de iceberg, pues recurren a estas cosas distorsionando la opinión pública.

El fracaso de Copenhague no ha hecho sino confirmar el extremismo y el alarmismo injustificado con el que estos vividores del cambio climático presentan un fenómeno muy dudoso desde el punto de vista científico. No se ha cumplido Kyoto, entonces ¿Qué hacer cuando no se ha cumplido Kyoto? pues hacer una promesa aún más grande para incumplirla aún más y encima le cambiamos el nombre y le llamamos Copenhague. Lo que se ha firmado en Copenhague ha sido que se reducirán las emisiones de efecto invernado en un 83% hasta el año 2050. Esa es la barbaridad que ahora se contempla y que es irrealizable, pero quien sabe donde andarán estos políticos en el año 2050 ¿verdad? Por lo tanto, las esperanzas de los ecologistas de un compromiso en Copenhague que reduzca el CO2 de manera definitiva se ha desvanecido.

A estos marxista-ecologistas y chupópteros les da lo mismo que haga frío que haga calor. Si hace frío es por el cambio climático, si hace calor es por el cambio climático y se queda igual es por el cambio climático. No tienen problema para defender su tesis.

Existe un artículo editorial del Newsweek del año 1975, una revista prestigiosa, que explicaba que entrábamos en una nueva era glacial, con toda una serie de datos de toda una serie de prestigiosas instituciones. El artículo explicaba porqué el clima de la tierra se estaba enfriando y por lo tanto, íbamos a entrar en una nueva glaciación. Nueva glaciación que tenía unas connotaciones terribles, incluso más terribles que las del calentamiento, porque iba a disminuir drásticamente la producción de alimentos sobre todo en el hemisferio norte que era donde se notaría más la glaciación. Tenía toda una serie de datos, iguales que los de ahora, pero totalmente contrarios. Este artículo trae un gráfico en el cual la temperatura había subido desde el año 1900 hasta el 1945, pero acaba la segunda guerra mundial, empieza la industrialización a echar humo por las chimeneas y empieza a bajar la temperatura de una manera brutal hasta el año 1975 que es lo que recoge el Newsweek. O sea, que justo cuando la industrialización era mayor, más bajaron las temperaturas.

Esto tiene su explicación, porque al contrario de lo que dicen los marxista-ecologistas, las centrales térmicas emiten CO2, pero también emiten otros gases que obvian porque no interesan económicamente y entre ellos se encuentra el SO2 (dióxido de azufre). Lo que hace el SO2 es que refleja la radiación solar. Es decir, rayo de sol que choca con una molécula de SO2 es reflejado hacía fuera de la tierra. Por lo tanto, enfría. A parte de contaminar, el SO2 también enfría. Sobre el CO2 quiero decir que la mayoría de este gas es natural, proveniente de las plantas y que sin el no podríamos vivir. Interpretar el CO2 como un contaminante es un error gravísimo desde el punto de vista científico. Todos los óxidos de nitrógeno, el azufre, esos si son tóxicos y contaminantes, pero el CO2 no. Aunque tampoco es bueno un aumento de este gas en la atmósfera ya que provoca, junto a otros gases, el llamado efecto invernadero que puede afectar al clima. Otra cosa es que ese efecto sea tan grave como el que vienen predicando y otra cosa es que la subida de temperaturas sea sólo debida al aumento de los gases de efecto invernadero.

Este artículo del Newsweek fue impulsado por los ecologistas, los cuales no han pedido perdón ya que no se cumplieron sus cuentos porque dicen que entonces es lo que procedía y ahora dicen todo lo contrario. Para que veamos la rigurosidad y la fiabilidad de lo que dicen estos señores.

Hace poco también hablaba el World Street Journal que con la cantidad de centrales de carbón que se están poniendo en marcha en China, en India y en otros países emergentes, en los próximos 20 años, el efecto combinado CO2-SO2 va a ser de enfriamiento. Lo que no quiere decir que vaya a cambiar el clima de tierra, que eso son palabras mayores, por que los condicionantes son las corrientes marinas y la radiación solar fundamentalmente. Pero una de las claves son las corrientes oceánicas. En las corrientes del golfo (el llamado Gulf Stream) es donde se calienta el aire, se calienta en el golfo de Méjico, atraviesa el Atlántico y luego va subiendo por toda la costa europea. Si cambiara mínimamente su trayectoria, Europa entraría en un proceso de enfriamiento, en una era glacial y esto está totalmente afirmado por los científicos. Si comparamos a la misma latitud Europa con América la diferencia es de unos 10º-15º. Por ejemplo, Madrid está a la misma altura que New York, latitud 40º norte, sin embargo la temperatura en New York es mucho más fría que la de Madrid y esto es por la influencia de las corrientes del golfo que regula que nuestra temperatura sea más alta que la de allí y también por que New York no tiene barreras orográficas que impiden que descienda menos el frío polar del norte y nosotros teneos, al menos, los pirineos.

Esto era sólo un ejemplo de las variaciones de temperatura que se pueden producir en una parte del mundo y a la situación a la que pueden llevar, y como esto ocurre igual, pero por otras características en el resto del mundo. Por lo tanto, medir la temperatura media mundial es prácticamente imposible o al menos dificilísimo. Por lo que afirmar que hay un cambio climático eso más que atrevido resulta adivinatorio.

Ahora ya no hablan del agujero de la capa de ozono porque ya está cerrado. Sobre la capa de ozono le echaban la culpa a una serie de compuestos que estaban en los sprites que se llaman CFC. Pues el señor Al Gore se infló a decir que se estaban quedando ciegas las focas, que se iban a quedar ciegos los pingüinos y que nos íbamos a achicharrar todos. Asustaron a toda una generación, se forraron algunos y miles de ecologistas han estado viviendo del cuento durante años y otros de subvenciones y ahora nos enteramos que todo era falso. Que el motivo de que la capa de ozono ya esté bien no es como consecuencia de la prohibición de los CFC, sino porque la Antártida, donde es el lugar más frío del mundo y además contiene el 90% del hielo de la tierra, cuando termina el invierno Ártico que viene a ser en septiembre se producen una serie de reacciones fotoquímicas en la estratosfera que disminuyen cíclicamente (con un ciclo anual) la cantidad de ozono. Lo que no dijeron, porque no les interesaba, es que ese proceso empieza a cambiar en los meses siguientes y en noviembre el nivel de ozono se recupera y el llamado agujero se ha cerrado. Eso ocurre todos los años y no tiene nada que ver ni con los CFC ni con otra historia que se lleguen a inventar los ecologistas o el señor Al Gore. Y entonces había científicos que lo sabía y que no dijeron nada.

La capa de hielo de la Antártida, lejos de derretirse, se está enfriando, ha crecido la cantidad de hielo en un 9% respecto al año 2000 y el hielo marino dura 21 días más que lo que duraba hace 15 o 20 años. Todo lo contrario de lo que dicen algunos insensatos que dicen que se está descongelando y que amenaza las costas. Pero claro, es lógico el deshielo porque es la época, ahora es el verano antártico y es cuando se desprenden los icebergs, otra cosa muy distinta es que los ecologistas nos hagan una película donde se desprenden los icebergs y que nos digan que eso ha ocurrido en lo más crudo del invierno, que es lo que hacen. Comparan fotos de verano como si fueran fotos de invierno y desprendimientos de masas de hielo de verano como si fueran de invierno.

Según el glaciaciólogo Bruce Molnia, los glaciares del Estado norteamericano de Alaska han bajado su temperatura media en 3ºC el pasado año. Los expertos en modelos de previsión Scott Armstrong y Kate Green, que intervinieron en el Senado de los EE.UU. para dar su opinión sobre los pronósticos climáticos, ya dijeron que los modelos del IPCC carecían de base científica y se mostraban convencidos de que empleaban procedimientos que vulneraban los principios científicos. Un director ejecutivo de Greenpeace admitía en una entrevista concedida a la BBC que su predicción de que el hielo del Ártico se habría derretido en 2030 era falsa, su excusa fue que el grupo ecologista tenía derecho a presentar cuestiones en un plano emocional. A principios de año, los análisis realizados por grupos de científicos del Instituto de Ciencia y Política Pública señalaban que la temperatura real de planeta se encontraba muy lejos de las previsiones del IPCC. De hecho, los datos sobre la temperatura realizados por científicos independientes desvelaban que el año 2008 fue el más frío desde el año 2000 contradiciendo las previsiones de Al Gore y el panel de científicos del IPCC.

Unos correos electrónicos descubiertos recientemente, gracias a un hacker, destapan lo que parece uno de los mayores escándalos científicos de los últimos tiempos. Vienen a confirmar que todo aquel científico que intente dudar sobre las tesis más alarmistas del cambio climático está condenado a lo peor, pero lo peor que se descubre por esos correos es que los alarmistas han modificado, falsificado y destruido datos y pruebas con la finalidad de que sus tesis alarmistas sean las que se conviertan en científicamente correctas.

Si hablamos de las temperaturas, por ejemplo, si hablamos de la Antártida de nuevo, del mayor continente del planeta, cuando se muestran las imágenes de las temperaturas por satélite, se puede apreciar que el color azul, que es el que muestra que las temperaturas medias están descendiendo, predomina sobre el rojo salvo en regiones muy muy pequeñas que son curiosamente las que luego sacan en las noticias. Los medios de comunicación caen en esas trampas constantemente.

O la moda de hablar del Kilimanjaro. El caso del Kilimanjaro es un caso regional, local, donde evidentemente cuando vemos las fotos del Kilimanjaro de hace 50 años y las comparamos ahora, la extensión de esas nieves ha reducido, pero lo que no se dice es que el Kilimanjaro lleva reduciendo su masa de nieves desde el siglo XIX prácticamente. Y lo que se hace es engañar a la gente con que esta reducción es debido a un supuesto aumento de las temperaturas globalmente en el planeta por causas antropogénicas.

El famoso palo de jockey es una gráfica popularizada por Michael Mann y Philip Jones, dos climatólogos que han estado estudiando el clima de los últimos 1000 años los cuales eliminaban lo que se llama el óptimo mediático medieval, que es una época durante la edad media donde las temperaturas fueron muy cálidas. Era un hecho conocido dentro del mundo de la climatología y la novedad de esta gráfica es que la temperatura es más o menos estable hasta que llega el siglo XX que se dispara hacía arriba. Contradecía todo lo que se había dicho hasta ese momento y sin embargo, el IPCC en el tercer informe incluye esa gráfica como la única válida para reforzar que hay un cambio climático. ¿Cómo quedaría esa gráfica con los datos reales? Habrá que ver después de que McIntyre y Mckitrick, otros dos climatólogos británicos, echen mano de los datos reales, pero lo que se ha venido estudiando es que en el óptimo climático medieval la temperatura sube durante dos siglos y pico, luego baja llegando a la pequeña edad de hielo, hasta mediados del XIX donde sube otra vez, luego hay una pequeña bajada de los años 40 a 70 (donde se hablaba del enfriamiento global) y luego vuelve a subir de nuevo.

Por ejemplo, si metemos todas las temperaturas de las grandes ciudades del mundo nos saldrá una gráfica, si metemos las temperaturas de todos los pueblos rurales la gráfica saldrá distinta. Otro ejemplo fue cuando se hizo una gráfica que mostraba el cambio entre los años 80 y los 90. Todos sabemos que la Unión Soviética se hundió y durante un tiempo las estaciones de medición de temperatura de Siberia no era su principal ocupación. Lo que ocurre es que la temperatura se mantiene por el número de estaciones climatológicas mantenidas y de repente sube brutalmente esa temperatura global porque las de Rusia no se mantienen. A lo que voy, dependiendo de las estaciones climatológicas que se usen, saldrá una gráfica con unas temperaturas u otras con temperaturas distintas. No se puede hacer una media de las temperaturas que aportan las estaciones climáticas y dividirlas por el número total de estaciones, ya que en el hemisferio norte hay muchísimas más estaciones que en el sur, por lo que la media de temperaturas no sería objetiva.

El abogado y ahora analista del Competitive Enterprise Institute –es un instituto que ofrece análisis y promoción en temas de política pública como la energía, medio ambiente, entre otros temas- Christopher Horner trabajó en ENRON y que abandonó dicha compañía cuando se entero que estaba apoyando todo el sarao de Kyoto y el cambio climático para su propio beneficio. Le hicieron un contrato muy bueno y al mes le propusieron que defendiera todo este embrollo y dijo que no. Es una persona que sabe muchísimo sobre el cambio climático, siendo objetivo de los ecologistas, incluso en su último libro cuenta como Greenpeace rebuscaba en su basura para sacar datos y poder filtrarlos. Este señor ha criticado al IPCC pidiéndole que debería tomar algún tipo de decisión sobre el premio Nobel que recibió Al Gore ya que se ha demostrado que se ha basado en premisas falsas, sabe que no lo harán pero al menos pide que se realice algún tipo de investigación. Dice que se trata del mayor y más caro escándalo en la historia de la ciencia.

En este mundo hay una serie de organizaciones implicadas y entre ellas por ejemplo la NASA, una organización gubernamental, que está del lado de Al Gore, a la cual una serie de periódicos le han exigido que de los datos en los cuales basa sus predicciones y ha dicho que ni de broma. Que no los publica. No entiendo como una organización gubernamental no publica esos datos. ¿Qué oculta? ¿Por qué se ha negado a dar los datos? Luego, en España, el señor Zapatero ha creado una secretaría por el cambio climático, para más cachondeo. Pero ¿Para qué es esta secretaría por el cambio climático, para que crezca el cambio climático, para potenciar el cambio climático o para que?

El que haya visto “una verdad incómoda” de Al Gore, aparte de poder comprobar que es un documental muy aburrido por no decir que es un tostón, también se habrá dado cuenta de lo exagerado que es. Es una cosa increíble que le hayan dado un Oscar al mejor documental, premio Nobel de la Paz, digo yo que debería haber sido en todo caso premio Nobel de Física ¿no? Y encima, alrededor de los 200.000 dólares la conferencia, por menos de esta cantidad no hay conferencia. Y es clamoroso que cuando Al Gore era vicepresidente de los EE.UU. se negaron a firmar el protocolo de Kyoto, vaya contradicción con lo que ahora predica este señor. O que decir tiene de cómo se traslada de una lugar otro, en su avión privado, una de las formas de mayor contaminación. No se puede ser más hipócrita.

Por no hablar de la izquierda, que fue la que se ocupó de promover como la salvación del planeta los biocombustibles. Y ahí tenemos a Lula Da Silva, uno de los santones de nuestro tiempo que se ha dedicado a arrasar miles y miles de hectáreas de selva amazónica por el cultivo de la soja y otros vegetales para conseguir biocombustibles. O en España, donde el señor Zapatero nos habla de energías renovables y sin embargo, algo que no cuenta, es que subvenciona el carbón para que sea quemado en las centrales térmicas, principal productor de gases de efecto invernadero.

Evidentemente se llega a la conclusión de que el IPCC no es un organismo científico y si que lo es político. Si realmente las tesis del IPCC fuesen ciertas y realmente la principal amenaza a la que está sometida la humanidad sea al aumento de los gases de efecto invernadero con la consiguiente subida de las temperaturas, entonces no habría mejor manera de actuar que aumentar la producción energética nuclear que esto si que ataca directamente a la emisión de CO2; qué mejor que los cultivos transgénicos que emiten muchos menos gases de efecto invernadero en su cultivo que los cultivos biológicos; la ganadería intensiva mucho mejor que la ganadería biológica que emite mucho más metano. Estas cosas no aparecen en el IPCC, porque éste no está interesado en reducir el CO2 de la atmósfera a cualquier precio, sino reducirlo de una manera determinada ¿Cómo? Promoviendo una acción política destinada a hacer un cambio en el sistema económico que conduce a las energía renovables, pero eso ya no es ciencia, eso es política. Y esto está en el seno de unos intereses que se escapan a la labor imprescindible de los científicos.

Los científicos que están llevando a cabo esta farsa del cambio climático junto con Al Gore insisten en que los datos puros y duros no son razonables y necesitan de interpretaciones fantásticas para darle sentido a sus argumentos. Por lo que no deberían poner resistencia alguna a una investigación sobre sus conclusiones para demostrar que no ocultan nada.

¿Está justificado el alarmismo por el cambio climático? Pues, desde mi punto de vista este apocalipsis no está justificado. Yo no seré el que lo niegue, pero soy bastante escéptico en este tema y no diré que es antropogénico, es decir, que es provocado por el ser humano. Pero lo que tampoco está justificado es que lo sea tal y como dicen los que basan sus conclusiones en que el cambio climático es producido por todos nosotros con total seguridad. ¿No puede ser por un cambio natural? Habrá que esperar unos años para ver que moda nueva nos traen los ecologistas y algún otro Al Gore.

 

Por: robertorj.wordpress.com

 

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